Porque cuando llegamos a Macedonia, nuestra carne no tenía descanso, pero estábamos turbados por todos lados; afuera había peleas, adentro había miedos.

Ver. 5. Nuestra carne no tuvo descanso ] Nuestro espíritu no tuvo inquietud. El hombre exterior sufre mucho a veces, cuando el interior no es molestado. A Felipe, Landgrave de Hesse, cuando le preguntaron cómo podía soportar tan bien sus siete años de prisión, respondió, Se divinas martyrum consolationes sensisse, que sentía los divinos consuelos de los mártires, que como vejigas lo llevaban por encima de todas las aguas.

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