De estas cosas puesto que en el recuerdo, la carga de ellos delante del Señor a que no contiendan sobre palabras, para nada aprovecha, sino que es para perdición de los oyentes.

Ver. 14. No te esfuerces por las palabras ] Ya sea por novedad o por bondad. Como Longolius, que no usaría la palabra Ecclesia, Iglesia, sino en su lugar, Respublica Christiana, El estado de los cristianos. Otro obispo italiano de Episcopus adoptó la palabra pagana Flamen; de modo que Castalio para Angelus tiene Genio. (Joh. Manl. Loc. Com.) Y Pomponius Laetus estaba lleno de semejantes tonterías, airosas disputas y luchas vacías.

(Lud. Vives.) O, no te esfuerces con las palabras, lanzando discursos contundentes (que no es más que lavar la suciedad con suciedad). El obispo Montague no pudo nombrar a nadie, que nunca haya disentido tan poco de él, sin un reproche, como Rivet nota de él. Arbitror te veritate convictum, ad maledicta converti, dice Jerónimo a Helvidius, supongo que no tienes nada que decir contra la verdad y, por tanto, me arrojas contra mí, que la defiendo.

O no pienses en llevarlo a cabo con palabras grandes y jactanciosas sin mejor prueba, sino apedrear a tus adversarios con argumentos, como aconseja Atanasio; Quema a los herejes con el fuego de la caridad, como enseña Lutero.

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