Entonces estos hombres fueron atados con sus túnicas, sus calzas, sus sombreros y sus [otras] vestiduras, y fueron arrojados en medio del horno de fuego ardiendo.

Ver. 21. Así que estos hombres estaban atados con sus abrigos, etc. ] Los cuales, por la prisa de la ejecución, nunca fueron retirados, como suele hacerse. Pero estos verdugos se apresuraron a derramar sangre y volvieron a tener sangre para beber, porque eran dignos.

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