Para que Cristo padeciera y fuera el primero en resucitar de entre los muertos, y alumbrara al pueblo y a los gentiles.

Ver. 23. Que Cristo padezca ] Este versículo puede llamarse apropiadamente una pequeña Biblia, un breve evangelio, un modelo del misterio de la piedad. El griego dice así: "Si Cristo debe ser un sufridor; ει παθητος ο χριστος, & c.", "Si debería ser el primero en resucitar de entre los muertos". Como si San Pablo planteara estas preguntas y se ofreciera a probarlas a partir de los profetas y de Moisés: y de ahí (acaso) esa manera de exponer las Escrituras, planteando dudas y preguntas.

Abulensis tiene sus ocho preguntas (y más de muchas a veces) sobre el capítulo más corto de la Biblia. Los escolásticos eran grandes cuestionadores; y lo obtuvieron de los artemonitas, una especie de herejes, en el año 220 d.C., que, de Aristóteles y Teofrasto, corrompieron las Escrituras al convertir todo en preguntas. En aborrecimiento de cuyo vano tintineo y cariño acerca de las preguntas (Jac. Revius, 1Ti 6: 4), Lutero dice: Propre est ut iurem: Me atreví a jurar, casi, que no había una sola escuela divina que entendiera correctamente un capítulo de la Biblia. Evangelio.

De modo que podemos decir de sus exposiciones como lo hizo uno una vez, cuando se le preguntó si debería leer tal comentario sobre Aristóteles. él respondió: Sí, cuando se entienda a Aristóteles, luego lea el comentario.

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