Y cuando la nave fue arrastrada y no podía resistir contra el viento, la dejamos a su coche.

Ver. 15. No podía soportar ] O dirigir el ojo contra el viento, no podía mirarlo a la cara. Hay una elegancia en el original, porque parte de la proa del barco es llamada por los marineros el "ojo del barco", αντοφθαλμειν. ( Verbum Polybiauum. Hist. Iv.)

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