Entonces, temiendo que hubiéramos caído sobre las rocas, echaron cuatro anclas desde la popa y desearon que llegara el día.

Ver. 29. Deseado para el día ] Deseamos tanto para el día de la redención, cuando después de mucho dar vueltas en este mar cristalino, aterricemos con seguridad en el puerto de la felicidad, en el muelle de Canaán, el reino de los cielos.

" Discupio solvl, tecumque, o Christe, manere;

Portio fac regni sim quotacunque tui. "

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