La espada del que lo ataca no puede sostener: la lanza, el dardo, ni la mercería.

Ver. 26. La espada del que lo ataca no puede sostener ] Tan cerca están sus escamas, tan gruesa su piel, que no hay herida en él. Parece que no fue de antaño. Pero ahora se ha encontrado una forma de dispararle y perforarle, de modo que muera con un ruido y un grito horribles.

Ni la mercería ] Un arma defensiva será tan inútil como las otras ofensivas; porque la ballena pronto se tragará tanto a los armados como a los desarmados.

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