1-4 El apóstol deseaba preservar a los corintios de ser corrompidos por los falsos apóstoles. No hay más que un solo Jesús, un solo Espíritu y un solo evangelio, que se les debe predicar y recibir; y ¿por qué habría de prejuzgarse, por las artimañas de un adversario, contra el que les enseñó primero en la fe? No deben escuchar a los hombres que, sin motivo, los alejan de aquellos que fueron el medio de su conversión.

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