Y así erais algunos de vosotros, pero habéis sido lavados de esas abominaciones abominables; no, y estáis santificados interiormente; no antes, sino como consecuencia de haber sido justificado en el nombre, es decir, por los méritos del Señor Jesús, por medio del cual sus pecados son perdonados. Y por el Espíritu de nuestro Dios, por quien sois así lavados y santificados.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad