Pero no nos extenderemos, como ellos, con jactancia más allá de nuestra medida, sino según la medida de la provincia que Dios nos ha asignado: a mí, en particular, como apóstol de los gentiles. Una medida que llega incluso a ti: Dios asignó a cada apóstol su provincia, y la medida o límites de la misma.

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