Como su poder divino nos ha dado todas las cosas, hay una alegría maravillosa en este exordio, que comienza con la exhortación misma. Los que se refieren a la vida y la piedad: al presente, la vida natural y la continuación y el aumento de la vida espiritual. A través de ese conocimiento divino de él, de Cristo. Quien nos ha llamado por su propio poder glorioso, a la gloria eterna, como el fin; por virtud o fortaleza cristiana, como medio.

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