Y sus pies como bronce fino, denotando su estabilidad y fuerza. Como si se quemaran en un horno, como si se hubieran fundido y refinado, todavía estaban al rojo vivo. Y su voz, para consuelo de sus amigos y terror de sus enemigos. Como la voz de muchas aguas, rugiendo y derribando todo delante de ellos.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad