Diálogo de Justino

¡Oh trompeta de paz al alma que está en guerra! ¡Oh arma que pones en fuga a las terribles pasiones! ¡Oh instrucción que apagas el fuego innato del alma! La Palabra ejerce una influencia que no hace poetas: no equipa a los filósofos ni a los hábiles oradores, pero por su instrucción hace inmortales a los mortales, dioses a los mortales; y desde la tierra los transporta a los reinos por encima del Olimpo. Ven, aprende; vuélvanse como yo soy, porque también yo era como ustedes.[558]

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Antiguo Testamento