El mandamiento de practicar la disciplina 1 Corintios 5:3-5 : Pablo le dijo a la iglesia que debían convocar una reunión especial y tratar este asunto. “Porque yo, en verdad, como ausente en cuerpo, pero presente en espíritu, como si estuviera presente, ya he juzgado al que así ha hecho, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo, estando reunidos y mi espíritu, con el poder de nuestro Señor Jesucristo, para entregar al tal a Satanás para destrucción de la carne, a fin de que el espíritu sea salvo en el día del Señor Jesús". (1 Corintios 5:3-5 )

Observe estas verdades acerca de lo que debe suceder: Primero, observe que Dios le había dado a la congregación local autoridad para practicar la disciplina. Debía hacerse "En el nombre de nuestro Señor Jesucristo". Tenían la autoridad de Cristo mismo para apartarse de este hermano ofensor.

Segundo, el hermano ofensor debía ser entregado a Satanás para la destrucción de la carne. Esto les había sucedido a Ananías y Safira. Murieron en Jerusalén por el pecado de mentirle a Dios. ( Hechos 5:1-42 ) En el mejor de los casos "El hombre pecador fue entregado a Satanás, para sufrir aflicción física, para llevarlo al arrepentimiento y resultar para el bien de su alma".

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