cualquiera que bebiere del agua que. le dará nunca tendrá sed.

El agua de la que habla es. regalo que da a la humanidad. No se le da a él, sino que es su propio regalo. Ningún profeta jamás habló así, ningún hombre, sólo Jesucristo. Su lenguaje es siempre el Hijo de Dios. Él dice: "Yo soy la vida"; "Venid a mí los que están trabajados y cargados y os haré descansar;" "Yo soy el pan de la vida"; "El que en mí cree, no tendrá sed jamás"; "Si alguno tiene sed, venga y beba. *. De él correrán ríos de agua viva". Tales palabras no pueden salir de labios humanos. "El agua que le dará será en él una fuente de agua que salte para la vida eterna".

saltando a la vida eterna.

El agua que Cristo da, el agua viva, el agua de vida, no sólo satisface los anhelos del alma, sino que es el verdadero "elixir vitae", y lo vivifica. nueva vida que nunca termina.

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Nuevo Testamento