LA VERDADERA ESTIMACIÓN DE LOS MINISTROS DE CRISTO Y EL VERDADERO CRITERIO DE SU OBRA

Después de haber señalado la luz bajo la cual deben ser considerados los maestros del cristianismo, el Apóstol en este capítulo pasa a señalar la diferencia práctica entre los que se predican a sí mismos y los que predican a Cristo, y exhorta a todos a una vida como la suya, a que puede que no tenga necesidad de reprensiones cuando venga.

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