Y a la hora novena , la hora de la ofrenda del sacrificio vespertino,

Jesús clamó a gran voz . Ahora da expresión a las palabras del primer versículo del Salmo XXII, en el que, en la amargura de su alma, David se había quejado del abandono de su Dios, y dijo:

"¡Eloï! ¡Eloï! ¿Lama sabachthani?"

Este es el único de los "Siete Dichos de la Cruz", que ha sido registrado por San Marcos, y da el arameo original y su explicación. Observe que de estos dichos (i) los primeros tres se refieren a otros, a ( a ) Sus asesinos, ( b ) el malhechor penitente, ( c ) Su madre terrenal; (ii) los siguientes tres se referían a Su propio conflicto misterioso y terrible, ( a ) Su soledad, ( b ) Su sensación de sed, ( c ) Su obra ahora casi terminada; (iii) con el séptimo Él encomienda Su alma en las manos de Su Padre.

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