En la iglesia local de Antioquía había profetas y maestros. Estaban Bernabé, y Simeón, que se llama Níger, y Lucio de Cirene, y Manaén, que se crió con Herodes el tetrarca, y Saulo. Cuando estaban ocupados en adorar a Dios y ayunar, el Espíritu Santo les dijo: "Venid ahora, apartadme a Bernabé ya Saulo para la obra a la que los he llamado en mi servicio". Después de haber ayunado y orado, les impusieron las manos y los dejaron ir.

La Iglesia cristiana estaba ahora preparada para dar el mayor de todos los pasos. Habían decidido, deliberadamente, llevar el evangelio a todo el mundo. Fue una decisión tomada bajo la guía directa del Espíritu Santo. Los hombres de la Iglesia Primitiva nunca hicieron lo que querían hacer, sino siempre lo que Dios quería que hicieran.

Los profetas y los maestros tenían diferentes funciones. Los profetas eran predicadores errantes que habían dedicado toda su vida a escuchar la palabra de Dios y luego llevar esa palabra a sus semejantes. Los maestros eran los hombres de las iglesias locales cuyo deber era instruir a los conversos en la fe.

Se ha señalado que esta misma lista de profetas es simbólica del llamado universal del Evangelio. Bernabé era un judío de Chipre; Lucius vino de Cirene en el norte de África; Simeón también era judío, pero se da su otro nombre, Níger, y dado que este es un nombre romano, muestra que debe haberse movido en círculos romanos; Manaen era un hombre con conexiones aristocráticas; y Pablo mismo era un judío de Tarso en Cilicia y un rabino entrenado.

En ese pequeño grupo se ejemplifica la influencia unificadora del cristianismo. Hombres de muchos países y trasfondos habían descubierto el secreto de la "unión" porque habían descubierto el secreto de Cristo.

Se ha hecho una especulación extremadamente interesante. No es improbable que Simeón proviniera de África, ya que Níger es un nombre africano. Se ha sugerido que es el Simón de Cirene que llevó la cruz de Jesús ( Lucas 23:26 ). Sería algo maravilloso si el hombre cuyo primer contacto con Jesús fue el cargar la Cruz -una tarea que debe haber resentido amargamente- fuera uno de los directamente responsables de enviar la historia de la Cruz a todos los mundo.

ÉXITO EN CHIPRE ( Hechos 13:4-12 )

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