31. Si, por lo tanto, comes o bebes para que no piensen, que en un asunto tan pequeño no deberían ser tan cuidadosos para evitar la culpa, enseña que no hay parte de nuestra vida, y ninguna acción tan pequeña, (605) que no debe ser dirigida a la gloria de Dios, y que nosotros debemos tener cuidado de que, incluso al comer y beber, podamos aspirar a su avance. Esta declaración está relacionada con lo que precede; porque si ansiamos ansiosamente la gloria de Dios, como nos llega a ser, nunca permitiremos, en la medida en que podamos evitarlo, que sus beneficios sean objeto de reproche. Estaba bien expresado antiguamente en un proverbio común, que no debemos vivir para comer; pero comer para vivir (606) Siempre que el final de la vida se mantenga al mismo tiempo a la vista, la consecuencia será que nuestra comida estará en un de manera sagrada para Dios, en la medida en que será apartado para su servicio.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad