3 No adicto al vino. Por la palabra πάροινον, (56) que se usa aquí, los griegos denotan no solo la embriaguez, sino cualquier intemperancia en el vino que consume. Y, de hecho, beber vino en exceso no solo es muy impropio en un pastor, sino que comúnmente trae consigo muchas cosas aún peores; tales como disputas, actitudes tontas, conductas imprudentes y otras cosas que no es necesario describir. Pero el contraste que se agrega poco después muestra que Pablo va más allá de esto.

No es un delantero, no está malvadamente deseoso de ganancia (57) Como contrasta con "un delantero" que no es pendenciero, y con el que es codicioso de deshonesto gana (ἀφιλάργυρον) uno que no es codicioso, por lo que con τῷ παροίνῳ, el que es adicto al vino, contrasta a uno que es gentil o amable. La verdadera interpretación es la que da Crisóstomo, que los hombres de disposición borracha y feroz deben ser excluidos del cargo de obispo. En cuanto a la opinión dada por Crisóstomo, que "un delantero" significa alguien que hiere con la lengua, (es decir, que es culpable de calumnias o de reproches indignantes), no lo admito. Tampoco me conmueve su argumento de que no será un gran problema si el obispo no golpea con la mano; porque creo que aquí reprende en general esa ferocidad que a menudo se encuentra en la profesión militar, y que es totalmente impropia en los siervos de Cristo. Es bien sabido a qué ridículo se exponen, que están más dispuestos a dar un golpe con el puño y, podríamos decir, a desenvainar la espada, que a resolver las disputas de los demás por su propio comportamiento tranquilo. Strikers es, por lo tanto, el término que él aplica a aquellos que manejan muchas amenazas y tienen un temperamento guerrero.

Todas las personas codiciosas están malvadamente deseosas de obtener ganancias; porque, donde sea que haya codicia, también habrá esa bajeza de la que habla el apóstol. "El que desea hacerse rico también desea hacerse rico pronto". (58) La consecuencia es que todas las personas codiciosas, aunque esto no se manifieste abiertamente, aplican sus mentes a ganancias deshonestas e ilegales. En consecuencia, contrasta con este vicio el desprecio del dinero; ya que no hay otro remedio por el cual pueda corregirse. El que no soportará paciente y moderadamente la pobreza nunca escapará de la enfermedad de la codicia sórdida y mala.

Suave y no pendenciero Él contrasta con "el delantero", el hombre que "no es pendenciero". Leve, que, como hemos dicho, contrasta con ser "adicto al vino", es el término que se aplica a aquel que sabe soportar lesiones con una disposición gentil y moderada, que perdona mucho, que pasa por insultos, que tampoco se hace ser temido por la severidad severa, ni exige con rigor completo. No pendenciero, alguien que evita disputas y disputas; porque, como él escribe en otra parte,

"el siervo del Señor no debe ser pendenciero". ( 2 Timoteo 2:24.)

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad