4. En el paraíso (889) Como cada región que es particularmente agradable y encantadora (890) se llama en las Escrituras el jardín de Dios, vino de esto ser habitual entre los griegos para emplear el término paraíso para denotar la gloria celestial, incluso antes al advenimiento de Cristo, como se desprende de Ecclesiasticus. ( Sirach 40:17 .) También se usa en este sentido en Lucas 23:43, en La respuesta de Cristo al ladrón: "Hoy estarás conmigo en el paraíso", es decir, "Disfrutarás de la presencia de Dios, en la condición y vida de los benditos".

Escuché palabras indescriptibles Por palabras aquí no entiendo las cosas, ya que el término no se usará según la manera de los hebreos; (891) porque la palabra escuchada no se correspondería con esto. Ahora, si alguien pregunta cuáles eran, la respuesta es fácil: que no es sin una buena razón por la que se llaman palabras indescriptibles (892) , y tales ya que es ilegal pronunciarlo. Sin embargo, alguien responderá que lo que Pablo escuchó fue, en consecuencia, innecesario e inútil, ¿para qué sirvió escuchar, qué se enterraría en silencio perpetuo? Respondo que esto ocurrió por el bien de Pablo mismo, para alguien que tenía dificultades tan arduas que lo esperaban, lo suficiente como para romper mil corazones, que necesitaba ser fortalecido por medios especiales, para que él no cediera, pero pudiera perseverar sin desanimarse. . (893) Consideremos por un momento, cuántos adversarios tenía su doctrina y de qué tipo eran; y más lejos, con qué variedad de artilugios fue atacado, y luego ya no nos preguntaremos por qué escuchó más de lo que era legal para él pronunciar

De esto, también, podemos reunir una advertencia muy útil para establecer límites al conocimiento. Somos naturalmente propensos a la curiosidad. Por lo tanto, descuidando por completo, o probando levemente, y descuidadamente, la doctrina que tiende a la edificación, nos apresuramos a hacer preguntas frívolas. Luego sigue esto: audacia y precipitación, para que no dudemos en decidir sobre asuntos desconocidos y ocultos.

De estas dos fuentes ha surgido una gran parte (894) de teología escolástica, y todo lo que ese trivial Dionisio ( 895) ha sido tan atrevido como para idear en referencia a las Jerarquías Celestiales, se vuelve tanto más difícil mantenernos dentro de los límites, (896) para no buscar saber nada, sino lo que el Señor ha visto que es bueno revelar a su Iglesia. Que este sea el límite de nuestro conocimiento.

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