10. Entonces Jesús les dijo. Concluimos que fue un miedo inapropiado, del cual Cristo nuevamente los libra; porque aunque surgió de la admiración, todavía se oponía a la tranquilidad de la fe. Para que puedan elevarse a Cristo, el Conquistador de la muerte, se les ordena que sean alegres. (308) Pero por esas palabras se nos enseña que nunca sabemos correctamente la resurrección de nuestro Señor, hasta que, a través de la firme seguridad que hemos concebido en nuestros corazones, nosotros aventurarse a alegrarnos de que nos hayan hecho partícipes de la misma vida. Nuestra fe debería, al menos, ir tan lejos que el miedo no predominó.

Ve y dile a mis hermanos. Cuando Cristo ordenó que les dijeran esto a los discípulos, mediante este mensaje nuevamente reunió y levantó la Iglesia, que fue dispersada y caída. Porque como es principalmente por la fe de la resurrección que ahora somos vivificados, entonces en ese momento era apropiado que los discípulos debieran recuperar la vida de la cual habían caído. Aquí, es apropiado remarcar la asombrosa bondad de Cristo, al dignificarse a otorgar el nombre de hermanos a los desertores que lo habían abandonado. Tampoco se puede dudar de que empleó intencionalmente una denominación tan amable, con el fin de calmar la pena por la que sabía que estaban gravemente atormentados. Pero como los Apóstoles no fueron las únicas personas que fueron reconocidas por él como hermanos, háganos saber que este mensaje fue transmitido por la recomendación de Cristo, para que luego nos llegue. Y, por lo tanto, no debemos escuchar con indiferencia la narración de la resurrección, cuando Cristo, con su propia boca, nos invita amablemente a recibir el fruto de la misma por estar relacionados con él como hermanos. En cuanto a la interpretación que algunos han dado a la palabra hermanos, como denotando a los primos y otros parientes de Cristo, (309) su error es ampliamente refutado por el contexto ; porque Juan dice expresamente que María vino y les dijo a los discípulos, (Juan 20:18;) y Lucas agrega inmediatamente, que las mujeres les dijeron estas cosas a los apóstoles. Mark también está de acuerdo con ellos; porque él dice que María vino y se lo contó a los apóstoles, mientras lloraban y lloraban.

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