1 Cor. 9:16. "Porque aunque anuncio el evangelio, no tengo por qué gloriarme". Es decir, en caso de que dependiera de la predicación del evangelio para ganarme la vida, entonces podría decirse que se me impone la necesidad. Sí, ¡ay de mí si no predico el evangelio! Que esto es lo que quiere decir el apóstol, creo que es evidente por el contexto.

1 Cor. 11:14

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