Hermanos, la complacencia de mi corazón y la oración que dirijo a Dios por ellos son para su salvación. Porque les doy testimonio de que tienen celo de Dios, pero no conforme a ciencia.

La emoción que llena el corazón del apóstol se revela en el asíndeton entre Romanos 9:33 y Romanos 10:1 . Por la palabra hermanos , une a sus lectores con él en ese estallido de sentimiento que está a punto de expresar.

La palabra εύδοκία, buen placer, complacencia de corazón , ha sido tomada por muchos en el sentido de deseo; así hacer que el término corra paralelo con el siguiente: mi oración. Pero no es necesario darle este significado, del cual no se puede citar ningún ejemplo. El apóstol quiere decir que es a este pensamiento de la salvación de Israel que la mirada de su corazón se eleva con constante complacencia; que allí, por así decirlo, se encuentra el ideal de su corazón.

A esta idea se une con toda naturalidad la de la oración por la que pide la realización del ideal. Deben dejarse de lado las tres variantes que presenta el TR (indicadas en la nota). Los dos últimos surgen sin duda de la circunstancia de que con este pasaje comenzaba una lección pública, lo que hacía necesario completar la proposición.

El régimen ὑπὲρ αὐτῶν, para ellos , podría depender del verbo es , o más bien son , entendido: mi buena voluntad y mi oración están en su interés; y esta idea de interés, contenida en la prep. ὑπέρ, sería luego determinado por la aposición εἰς σωτηρίαν: “están en su interés, es decir, para su salvación”. Pero, ¿por qué añadir esta explicación, que parece superflua? ¿No es mejor hacer que el régimen para ellos , así como el anterior a Dios , dependa de la palabra oración , que tiene un significado activo y verbal, y hacer εἰς σωτηρίαν, a la salvación , el régimen de toda la proposición: “Un placer.

..y mi oración por ellos (a causa de ellos) tenderá a su salvación”? Era evidente que Pablo oraba por Israel; pero, ¿oró por su castigo o por su salvación? Esa era la pregunta que se podría haber hecho.

Bengel observa aquí, “que Pablo no habría orado por los judíos si hubieran sido absolutamente réprobos”. Y esta observación es citada por algunos con aprobación. No lo creo acertado, porque una reprobación absoluta podría ciertamente alcanzar a los incrédulos de la época de Pablo, sin que de ello se pueda sacar la eterna objeción del pueblo. Incluso en este caso, por lo tanto, Pablo podría orar por su futura conversión.

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