Nosotros somos necios por causa de Cristo, pero vosotros sois sabios en Cristo. Esta es una continuación de la ironía del ver. 8. Somos tenidos por necios a causa de Cristo crucificado, a quien predicamos, y por cuya causa parece que nos exponemos temerariamente a tantos peligros. Porque la cruz es locura para los griegos. Pero vosotros, a vuestros propios ojos, sois sabios en el Evangelio de Cristo, por la elocuencia y la filosofía que mezclais con él, y porque os cuidáis de predicar a Cristo de tal modo que no corréis ningún riesgo por Su causa.

Somos débiles , como soportando sin resistencia muchas penosas adversidades, como el hambre, la sed, la desnudez, los trabajos, las injurias, las maldiciones, las persecuciones, como está dicho en el ver. 11

Pero eres fuerte. Porque fácilmente, con vuestra elocuencia mundana, sabiduría y amistad, vencéis el filo de todos los males que os atacan.

Vosotros sois honorables, pero nosotros somos despreciados. Usted es honrado, nosotros no somos honrados. Enseña con modestia, pero con severidad con su propio ejemplo como maestro, que la jactancia del cristiano no debe estar en el renombre, la riqueza, la sabiduría, la elocuencia o el aplauso de los hombres, sino en ser despreciado por los demás, y en despreciar la gloria, y en la Cruz de Cristo; y esto es especialmente cierto en el caso del maestro y predicador cristiano.

Así S. Crisóstomo. Y de esta manera trata de avergonzar a estos maestros autoindulgentes, vanidosos y lujuriosos, y también a los corintios que prefirieron seguir a tales hombres, antes que a los Apóstoles de Cristo, que estaban dando por ellos su fuerza, su sustancia y su vive. Así dice Isaías (Is 8,18), en nombre de sí mismo y de los demás profetas, así como de Pablo y de los Apóstoles: He aquí, yo y los hijos que me ha dado el Señor somos por señales y prodigios en Israel. ." Y como relatan los Annales Minorum , S. Francisco solía decir que era un necio despreciado de Cristo en el mundo, y era para este amado de Cristo mismo.

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