Porque desde que el hombre vino la muerte - Por Adán, o por medio de su transgresión; ver 1 Corintios 15:22. El sentido es, evidentemente, que como consecuencia del pecado de Adán, todas las personas mueren o son sometidas a la muerte temporal. O, en otras palabras, el hombre no habría muerto si no hubiera sido por el crimen del primer hombre; vea la nota en Romanos 5:12. Este pasaje puede considerarse como prueba de que la muerte no habría entrado en el mundo si no hubiera sido por la transgresión; o, en otras palabras, si el hombre no hubiera pecado, habría permanecido inmortal en la tierra, o habría sido trasladado al cielo, como lo hicieron Enoc y Elijah, sin ver la muerte. El apóstol aquí, por "hombre", sin duda se refiere a Adán; pero la idea particular y específica en la que pretende insistir es que, como la muerte vino por la naturaleza humana, o por un ser humano, por un hombre, entonces era importante y apropiado que la inmortalidad, o la libertad de la muerte, entrara Del mismo modo, por alguien que era un hombre. El hombre introdujo la muerte; el hombre también se recuperaría de la muerte. El mal fue introducido por un hombre; la recuperación sería por otro hombre.

Por el hombre vino también - Por el Señor Jesús, el Hijo de Dios en la naturaleza humana. La resurrección vino por él, porque se levantó primero, primero de los que no deberían morir de nuevo; porque proclamó la doctrina y la colocó sobre una base firme; y porque por su poder los muertos serán resucitados. Por lo tanto, vino para contrarrestar los males de la caída y restaurar al hombre a algo más que su dignidad y honor primitivos. La resurrección a través de Cristo será con la seguridad de que todos los que sean resucitados por él nunca más morirán.

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