Y para estimarlos muy enamorados - Apreciarles un afecto cariñoso. La oficina de un ministro de religión exige respeto. Los que son fieles en ese cargo tienen un reclamo sobre los buenos saludos de sus semejantes. La naturaleza misma de la oficina requiere que hagan el bien a los demás, y no hay ningún benefactor que deba ser tratado con más afecto que el que se esfuerza por salvarnos de la ruina; para impartirnos los consuelos del evangelio en la aflicción; y para llevarnos a nosotros y a nuestras familias al cielo.

Por el bien de su trabajo - No principalmente como un asunto personal, o por su propia cuenta, sino por el trabajo en el que se dedican. Es una obra cuya única tendencia, cuando se realiza correctamente, es hacer el bien. No hiere a ningún hombre, pero contribuye a la felicidad de todos. Promueve la inteligencia, la industria, el orden, la limpieza, la economía, la templanza, la castidad, la caridad y la bondad en este mundo, y conduce a la bendición eterna en el mundo venidero. Un hombre que se dedica sinceramente a tal trabajo tiene un reclamo sobre los buenos saludos de sus semejantes.

Y estén en paz entre ustedes - Vea la nota Marco 9:5; Romanos 12:18; Romanos 14:19 notas.

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