Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y que vuestro espíritu, alma y cuerpo sean guardados enteros, sin culpa para la venida de nuestro Señor Jesucristo. [Que Dios, que hace la paz entre él y los hombres, os prepare él mismo para el día de su juicio, haciendo que todo vuestro ser, en toda su triple naturaleza, sea digno de ser preservado y totalmente por encima de toda censura.]

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