Que no se había lavado primero antes de cenar

(οτ ου πρωτον εβαπτισθη προ του αριστου). El verbo es el primer aoristo pasivo de indicativo de βαπτιζω, mojar o sumergir. Aquí se aplica a las manos. Era costumbre judía sumergir las manos en agua antes de comer y, a menudo, entre platos para la purificación ceremonial. En Galilea los fariseos y los escribas habían criticado duramente a los discípulos por comer sin lavarse las manos ( Marco 7:1-23 ; Mateo 15:1-20 ) cuando Jesús había defendido su libertad y se había opuesto a hacer necesaria tal costumbre (tradición) en oposición al mandato de Dios.

Aparentemente, en esta ocasión, Jesús mismo se había reclinado en el desayuno (no en la cena) sin esta inmersión ceremonial de las manos en agua. El griego tiene "primero antes" (πρωτον προ), una tautología que no se conserva en la traducción.

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