Santiago 4:1-12 . Santiago advierte a sus lectores contra las malas pasiones que dieron lugar a guerras y luchas entre ellos. Deben moderar sus deseos y cuidarse de la autogratificación. Si ponían sus principales afectos en las cosas del mundo, estaban alienados de Dios, porque nadie podía ser amigo del mundo sin ser enemigo de Dios.

Las declaraciones de la Escritura en contra de la mundanalidad no fueron hechas sin propósito; y los impulsos del Espíritu que moraba en nosotros no condujeron a la contienda ni a la envidia. Deben cultivar la sumisión a Dios, la resistencia al diablo, la pureza exterior e interior, el arrepentimiento y la humildad. Deben evitar toda blasfemia y censura. No deben erigirse en jueces unos de otros; pero recuerda siempre que hay un Legislador y Juez, que tiene el poder de llevar a cabo Sus juicios, ya quien todos deben dar cuenta.

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