Huid de estas cosas ; el amor al dinero, con todas las tentaciones y pecados que lo acompañan; nunca ames el dinero, ni estés ansioso por ser rico. Uno de los pecados más odiosos y destructivos es el amor supremo al dinero, oa esa comodidad, poder e influencia que el dinero procura. Un cristiano debe evitar este pecado como lo haría con la trampa del diablo o la puerta del infierno.

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