Lo mismo recibirá ; el siervo será recompensado por Dios por obedecerle, tan ciertamente y abundantemente como si no fuera un siervo. Los siervos están obligados a ser siervos de Cristo, y por amor a él a obedecer, en cosas no malas, a sus amos terrenales; y hacerlo con el propósito de agradarle: mostrando la excelencia de su religión, y promoviendo su influencia en el mundo. Por hacer esto, recibirán de él una recompensa graciosa y gloriosa.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad

Antiguo Testamento