La ley fue nuestro maestro de escuela ; mostrándonos nuestra condición perdida y culpable, y así obligándonos a venir a Cristo para salvación. En la ley ceremonial y en toda la economía mosaica, Dios tenía un designio lleno de gracia; y por ella produjo, en todos los que la observaron correctamente, efectos de gracia: no induciéndolos a esperar la salvación por sus observancias ceremoniales, sino induciéndolos, a través de la fe en Cristo, a convertirse en la simiente de Abraham, y así recibir la bendición.

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Antiguo Testamento