Por tanto, la ley fue nuestro maestro de escuela para llevarnos a Cristo, a fin de que seamos justificados por la fe.

Ver. 24. La ley era nuestro maestro de escuela ] Uno como el que hablan Livio y Floro en Italia, quien llevó a sus eruditos a Aníbal; y si no hubiera sido más misericordioso que de otra manera, todos habrían perecido.

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