No solo ellos ; las criaturas que de mala gana sufren, o son pervertidas y abusadas por los pecados de los hombres.

Pero nosotros también ; verdaderos cristianos, que nacen del Espíritu, y tienen los anticipos del cielo.

Gemir dentro de nosotros mismos ; bajo los males que el pecado todavía nos ocasiona.

Esperando la adopción ; cuando el cuerpo y el alma, libres de todos los males, se reúnan y sean perfectos en santidad y bienaventuranza.

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