Tampoco es sólo el resto de la creación el que gime. Los cristianos también, aunque poseemos las primicias del Espíritu, no obstante, gemimos por dentro, suspirando por el tiempo en que nuestra adopción como hijos de Dios será completa, e incluso nuestros cuerpos mortales se transfigurarán.

Que tienen las primicias del Espíritu. - Aunque hemos recibido el primer derramamiento parcial del Espíritu, en contraposición a la plenitud de gloria que nos aguarda.

La adopción. - El cristiano que ha recibido el don del Espíritu ya es hijo adoptivo de Dios. (Ver Romanos 8:15 .) Pero esta adopción aún tiene que ser ratificada y perfeccionada, lo cual no será hasta la Venida de Cristo.

La redención de nuestro cuerpo. - Un signo de la filiación imperfecta del cristiano es ese cuerpo mortal y corruptible en el que está aprisionada su parte mejor y celestial. Eso también será transformado y glorificado y limpiado de todos los defectos de su condición terrenal. (Comp.1 1 Corintios 15:49 ; 2 Corintios 5:1 et sea .; Filipenses 3:21 .)

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