Romanos 8:3

Lo que la ley no pudo hacer ; no podía librar de la condenación y la ruina a los que la habían quebrantado. Ni podía llevarlos a obedecerla, ni a arrepentirse de haberla quebrantado; ni podía disminuir su disposición a violarla, a pesar de sus promesas y amenazas. No podía hacer expiación por el pecado, y no podía salvar de él.

Era débil por la carne ; a través de la depravación y transgresión del hombre.

en semejanza de carne de pecado ; en la naturaleza humana.

por el pecado ; morir a causa de ella, el justo por el injusto.

Condenó el pecado en la carne ; destruyó su poder sobre los que confían en Cristo, al mostrar, a través de su expiación, la naturaleza maligna del pecado, la culpa de quienes lo cometen, la excelencia de la ley que viola, la ira de Dios contra él; y así abriendo un camino en el cual Dios pudiera ser justo, y el que justifica a todos los que creen en Jesús; y además de todo esto, procurándoles la gracia del Espíritu Santo para que les ayude a creer en Cristo, y por su unión con él, a prestar a la ley una verdadera obediencia espiritual; liberándolos así tanto de la condenación como del poder reinante del pecado, cosas que la ley no podía hacer.