Ahora bien, Moisés ordenó que los tales fueran apedreados. Si hablaban con precisión, esta debe haber sido una mujer que, habiendo estado desposada con un esposo, había sido culpable de este crimen antes de que se completara el matrimonio, porque solo Moisés ordenó que se apedreara. En efecto, ordenó que se diera muerte a otras adúlteras; pero no se especificó la forma de muerte. Se puede inferir, sin embargo, de Ezequiel 16:38 , que aunque la ley de Moisés no la ordenaba expresamente, los judíos consideraban que la lapidación era el castigo apropiado para todo tipo de adulterio, porque allí el profeta representa a Dios diciendo en cuanto a Jerusalén, te juzgaré como se juzga a las mujeres que rompen el matrimonio; te apedrearán con piedras.Agregue a esto, encontramos a Filón y los antiguos padres cristianos usando las frases, "los que fueron lapidados" y "los que fueron castigados por adulterio", como términos sinónimos. Dijeron esto, tentándolo, para acusarlo de usurpar el cargo de juez, si la condenaba, o de ser enemigo de la ley, si la absolvía.

Pero Jesús se inclinó y escribió en el sueloQuizás hubo en el caso de esta mujer algunas circunstancias tendientes a aliviar su culpa, como su inocencia pasada, conocida por Jesús, su arrepentimiento presente, que él podía discernir fácilmente, y la fuerza de las tentaciones por las cuales se había precipitado al pecado. Puede que hubiera algo parecido en el carácter de sus acusadores bien conocido por él, lo que hizo que fuera apropiado que desistieran de la acusación. Además, Jesús ahora, como en otras ocasiones, podría declinar asumiendo el carácter y el cargo de magistrado civil. Por último, las personas que reclamaron su opinión no fueron en modo alguno los jueces a los que se les confió la ejecución de la ley; pero los fariseos, que en el fondo eran unos hipócritas groseros, a pesar de que profesaban la mayor preocupación por el honor de la ley divina. Cualquiera que sea la razón Jesús no alentó esta persecución; perocon el dedo escribía en el suelo, como si no los oyera o no atendiera a lo que decían: porque, escribir en el suelo es la acción de quien, totalmente envuelto en sus propios pensamientos, no toma aviso de cualquier cosa que pase sin él.

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