Y después de haber ayunado cuarenta días y cuarenta noches como Moisés, el dador, y Elías, el restaurador de la ley, se había hecho antes: después tuvo un hambre Es decir, fue agredido tan fuertemente con el hambre, como cualquier hombre está en en cualquier momento por falta de comida. De esta manera fue preparado para la prueba subsiguiente de su confianza en Dios. Y, como observa un escritor antiguo, debemos esperar especialmente tentaciones, cuando estamos solos, y cuando estamos en apuros y exigencias, de las cuales no vemos un camino ordinario de liberación, como fue el caso de Cristo. Porque tenía hambre, y estaba en un desierto salvaje, donde no había comida, y al final fue alimentado milagrosamente por ángeles que le servían.

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