Somos de Dios: - Cuando los apóstoles dieron pruebas claras de una misión divina, mediante numerosos y benéficos milagros que obraron; mediante el ejercicio de varios dones espirituales en sí mismos, e impartiendo dones espirituales y poderes milagrosos a otros; cuando sus vidas eran tan santas, sus trabajos tan desinteresados, sus sufrimientos tan grandes y numerosos, su doctrina tan excelente, y sus pruebas de una misión divina tan numerosas y evidentes, podrían decir justamente: somos de Dios: el que sabe Dios, nos oye; el que no es de Dios, no nos escucha.

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