Pero Cristo ha venido, etc.— El apóstol aquí comienza a exponer la superioridad de nuestro Sumo Sacerdote, mostrando que, con respecto a su oficio sacerdotal, él no se preocupa por los asuntos mundanos, seculares, mundanos, sino que está totalmente comprometido con cosas buenas futuras para su pueblo. Cristo no pasó al lugar santísimo como el sumo sacerdote judío, ni tampoco pasó por ningún tabernáculo hecho por manos; pero entró en un tabernáculo más grande y más perfecto, incluso en el cielo mismo. El sumo sacerdote solía pasar por la parte exterior del templo para entrar al lugar santísimo. Cristo entró en el verdadero lugar santísimo a través de un tabernáculo más excelente y perfecto, y por lo tantono de este edificio. No usó un incensario de oro ni ningún instrumento mundano; ni entró por sangre de machos cabríos ni de becerros, sino por medio de [δια,] su propia sangre; y entró una vez para siempre en el verdadero lugar santísimo: ni se hizo esto para obtener una remisión anual de los pecados, sino una redención eterna para todos sus fieles; tampoco ha tenido ocasión de repetir o renovar a menudo lo que ha hecho; pero, de una vez por todas, ha logrado para siempre todo lo que pretendía en su gran obra de expiación.

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