Dios es Espíritu. - Mejor, Dios es espíritu. Su voluntad se ha expresado en la búsqueda. Pero Su misma naturaleza y esencia es espíritu, y de esto se sigue que toda adoración verdadera debe ser espiritual. Aquí se apela a una doctrina de especial importancia en la teología samaritana. Habían alterado varios pasajes del Pentateuco, que les parecían hablar de Dios en un lenguaje propiamente aplicable al hombre, y atribuirle formas y sentimientos humanos. Pero creer en la esencia espiritual de Dios contenía su propia respuesta tanto en cuanto al lugar como al modo de adoración.

El segundo "Él" ("los que le adoran") debe omitirse, como lo muestra la cursiva.

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