La condición implícita en la oración misma se afirma más claramente. Como hemos visto, no es una condición arbitraria, sino el resultado de las leyes eternas del orden divino. El arrepentimiento es la condición para ser perdonado, y el temperamento que no perdona es ipso facto incompatible con el temperamento del penitente. Como para un mayor énfasis, la verdad se presenta tanto en sus aspectos positivos como negativos.

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