Verso 2 Timoteo 4:3Porque llegará el tiempo... Se acerca un tiempo en la Iglesia en el que los hombres no escucharán las verdades prácticas del Evangelio, en el que preferirán las opiniones especulativas, que o no hacen ningún bien al alma, o la corrompen y la destruyen, a esa sana doctrina de "niégate a ti mismo, toma tu cruz y sígueme", que Jesucristo ha dejado en su Iglesia.

Sino según sus propias concupiscencias... Por éstas seguirán, y odiarán a aquellos predicadores y aquella doctrina por la que se oponen.

Amontonarán para sí maestros... Añadirán un maestro a otro, correrán y se apresurarán a buscar a los que no insisten en la necesidad de llevar la cruz, de estar crucificados al mundo y de tener la mente que estaba en Jesús. En esta disposición los hombres interesados encuentran a menudo su cuenta; se erigen en maestros, "y ensanchan y esparcen con flores el camino, hasta la ruina eterna", cuidando de calmar las pasiones y halagar los vicios de un pueblo insignificante y superficial.

Teniendo picazón de oídos... Curiosidad infinita, deseo insaciable de variedad; y se hacen cosquillas en los oídos con el lenguaje y el acento de la persona, abandonando al predicador bueno y fiel por el orador fino.

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