Versículo 19. Cuyo fin es la destrucción... Esta es la cuestión de su doctrina y de su conducta. Aquí se les describe con tres caracteres:

1. Su dios es su vientre; no viven con ninguna referencia a la eternidad; su religión es para el tiempo; hacen una ganancia de la piedad; y viven sólo para comer, beber y divertirse.

2. Su gloria está en su vergüenza: ponen como prueba de su dirección, que pueden comer suntuosamente cada día, como consecuencia de predicar una doctrina que halaga las pasiones de sus oyentes.

3. Se ocupan de las cosas terrenales: todo su estudio y atención están ocupados en los asuntos terrenales; están entregados a la carne y a sus concupiscencias; no tienen espiritualidad, ni creen que haya o pueda haber relación alguna entre Dios y las almas de los hombres. Pero su lascivia e impureza parecen ser el objetivo principal. Véase Kypke.

A pesar de lo despreciables que eran estos hombres, el corazón del apóstol estaba profundamente dolido por ellos:

1. Porque sostenían y enseñaban un credo falso;

2. Porque pervertían a muchos con esa enseñanza; y

3. Porque ellos mismos estaban pereciendo por ello.

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