Cuyo fin es la destrucción, cuyo Dios es su vientre, y cuya gloria está en su vergüenza, los que piensan en las cosas terrenales.)

Ver. 19. Cuyo dios es su vientre ] Un carroñero, cuya vida es para vaciar, es preferible a quien vive pero para llenar letrinas; como hacen que hacen de su intestino su dios, esa deidad del muladar. Tal fue ese Pamphagus, Nabal, Dives y otros, que digirieron en el infierno lo que comieron en la tierra. Dicen que la langosta es todo panza, que se une a su boca y termina en su cola. La araña también es poco más que barriga.

El delfín tiene la boca casi en el vientre; el pez asno tiene su corazón en su vientre. (Solinus. Aristot.) In mea patria Deus venter est, et in diem vivitur. En mi país (dice Jerónimo) su vientre es su dios, viven de la mano en la boca, etc. Epicuro dijo que la vida eterna no era más que comer y beber eternos; ωστε παντα χρονον διαγειν μεθυοντας. Vea mi lugar común de abstinencia.

Quienes se preocupan de las cosas terrenales ] Como tienen las manos hundidas hasta el codo en el mundo, así sus mentes están encerradas en el pecho, como los cadáveres están enterrados en ataúdes; están enterrados en el Gólgota de este mundo, como topos en sus lomas.

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