Versículo 29. - 30. Arráncalo - córtalo.  Debemos cerrar nuestros sentidos contra objetos peligrosos, para evitar las ocasiones de pecado, y privarnos de todo lo que es más querido y provechoso para nosotros, a fin de salvar nuestras almas. , cuando encontramos que estas cosas queridas y provechosas, aunque inocentes en sí mismas, nos hacen pecar contra Dios.

Te conviene que uno de tus miembros.  Hombres se separe muchas veces con algunos miembros del cuerpo, a juicio de un cirujano, para que conserven el tronco, y mueran un poco más tarde; y, sin embargo, no se privarán de una mirada, de un tacto, de un pequeño placer, que ponen en peligro la muerte eterna del alma. No basta con cerrar el ojo, o detener la mano; el uno debe ser arrancado, y el otro cortado. Esto tampoco es suficiente, debemos echarlos a ambos de nosotros. Ni un momento de tregua con una mala pasión, o un apetito pecaminoso. Si los complaces, se fortalecerán y tú te arruinarás. Los rabinos tienen un dicho similar a este: "Mejor te es quemarte con un poco de fuego en este mundo, que ser quemado con un fuego consumidor en el mundo venidero".

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