Que el juicio de tu fe, ... Este es el fin principal que Dios tiene en las providencias aflictivas, para probar la fe de su pueblo; Así que la fe de Abraham, Job, Habakkuk y otros, han sido juzgados:

siendo mucho más precioso que el oro que perece: la gracia de la fe es mucho más preciosa que el oro; Dado que eso perece por usar, pero la fe no lo hace; y ya que es tan valioso como no ser obtenido por ello; Y dado que los que lo tienen, aunque pobres en este mundo, son ricos, y herederos de un reino: pero el intento de ello es abundantemente más precioso que el oro; Por no solo como se intentan el oro que se intenta en el fuego se purga de su escoria, y se demuestra que es genuino y brilla más brillante, por lo que la fe, ser juzgada en el fuego de las aflicciones, se purga de la incredulidad; y el creyente se purga de su escoria y estaño, y su iniquidad se purga, y el fruto de todo es quitar el pecado; Y se trata y resultó ser un verdadero creyente, y su fe brilla más de manera ilustra, como en los casos anteriores; Sí, el muy probado tiene una influencia en otras gracias, para una gran utilidad; Porque el intento de la fe, la paciencia, y eso, la experiencia, y eso, la esperanza:

Aunque se intenta con fuego: ya sea aunque el oro se intente con fuego, y así es muy refinado, pero es más precioso que eso; O aunque la fe se juzgue con el fuego de las aflicciones, sin embargo, es precioso, y más precioso que el oro: y se intenta para este propósito,.

que podría encontrarse a la alabanza y honor y gloria a la aparición de Jesucristo; que está ahora en los cielos más altos, y fuera de la vista, pero aparecerá por segunda vez sin pecar a la salvación, y todos los ojos lo verán; Y cuando el creyente se encuentra en él, y su fe se encuentra para alabar por él, él mismo tendrá alabado de él mismo; Se le dijo a él, "Bien hecho, buen y fiel sirviente"; Su fe será alabada por su estabilidad y constancia, a pesar de todas las persecuciones y tribulaciones; Y sus buenas obras, los frutos de la fe, se notificarán por él con la encomio; Será honrado, al ser colocado en la mano derecha de Cristo, y al ser establecido con él en su trono, y que le daba una corona de justicia; y él será glorificado tanto en alma como en cuerpo; Su cuerpo se hará como el glorioso cuerpo de Cristo, y su alma tendrá una gloria revelada en ella; Y en su persona aparecerá, cuando Cristo lo hace, con él en gloria.

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