(8) Pero como está escrito: Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, Ni han subido en corazón de hombre, Son las que Dios ha preparado para los que le aman.

(8) Otra objeción: pero ¿cómo es posible que esos hombres inteligentes no puedan percibir esta sabiduría? Pablo responde: porque predicamos aquellas cosas que sobrepasan todo entendimiento del hombre.

(i) El hombre no puede ni siquiera pensar en ellos, y mucho menos concebirlos con sus sentidos.

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