El que no ama, no conoce a Dios; (8) porque Dios es amor.

(8) Una confirmación: porque es la naturaleza de Dios amar a los hombres, de lo cual tenemos una prueba más manifiesta sobre todas las demás, en la de su única libre e infinita buena voluntad hacia nosotros, sus enemigos, entregó a la muerte, no un hombre común, pero su propio Hijo, de hecho, su Hijo unigénito, con el fin de que, reconciliados por su sangre, seamos partícipes de su gloria eterna.

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